Graduado en Derecho por la Universitat Autònoma de Barcelona y con más de 7 años de experiencia ejercida en abogacía, Albert Serrano Marcos, abogado especialista en Litigación en Atlante, comparte su opinión sobre la Inteligencia Artificial en el sector legal, en concreto el ChatGPT, bajo el título: ChatGPT: ¿una realidad en el sector jurídico?
¿Creen acaso que no puedo leer más hondo que la piel superficial de vuestro cerebro? En el fondo no quieren. (…) No pueden quedar en ridículo ante mí sin sentirse ofendidos.
Yo, robot, Isaac Asimov, 1950.
La obra literaria de Isaac Asimov, especialmente su saga de robots, ha sido una gran fuente de inspiración en el desarrollo de la inteligencia artificial. Sus novelas han abordado temas como la relación entre robots y humanos, la ética en la programación de robots y la posibilidad de que la inteligencia artificial supere a la humana.
ChatGPT, es un modelo de procesamiento de lenguaje desarrollado por OpenAI en 2018, basado en el modelo de lenguaje por Inteligencia Artificial GPT-3 que ha sido entrenado con un gran volumen de texto en diversos idiomas, lo que le permite generar textos coherentes y naturales. Al igual que en las novelas de Asimov, en el desarrollo de GPT-3 se tuvo en cuenta la ética en la programación, ya que se trata de un modelo de procesamiento de lenguaje que puede ser utilizado en una amplia variedad de ámbitos, incluyendo el sector jurídico y debe estar diseñado para garantizar la justicia y la transparencia en su uso.
La inteligencia artificial es un campo en constante evolución, con orígenes remontándose a la década de 1950. Sin embargo, ha sido en las últimas décadas cuando ha experimentado un auge en su desarrollo y aplicación en diversos ámbitos, incluyendo el sector laboral. En este ámbito, las tecnologías de inteligencia artificial han demostrado su capacidad para automatizar tareas repetitivas y mejorar la eficiencia en el proceso de toma de decisiones.
En el sector jurídico, el uso de tecnologías de inteligencia artificial como este modelo de procesamiento de lenguaje, ha demostrado ser una herramienta valiosa en la automatización de tareas como buscar términos específicos en grandes cantidades de texto o identificar patrones en los documentos. Esto puede ayudar a ahorrar tiempo y esfuerzo en la revisión manual de documentos, lo que se traduce en una mayor eficiencia y una reducción de costos.
Algunas de las ventajas de su utilización en este ámbito del Derecho incluyen:
- Generación automatizada de documentos legales: La capacidad de generar contratos, acuerdos y otros documentos legales de manera automatizada permite ahorrar tiempo y recursos a las empresas.
- Análisis de documentos legales: La capacidad para analizar documentos legales y extraer información relevante puede ayudarnos a los profesionales del sector a tomar decisiones más informadas.
- Generación automatizada de resúmenes de casos legales: La capacidad para generar resúmenes de casos legales de manera automatizada puede ayudar a comprender mejor los detalles de un caso.
- Búsqueda de precedentes legales: La capacidad para investigar casos y encontrar precedentes legales relevantes nos ayudan a preparar casos de manera más eficiente.
- Predicción de resultados de juicios: La capacidad para predecir los resultados de juicios utilizando datos históricos y algoritmos de aprendizaje automático ayuda a los operadores jurídicos a preparar mejor nuestras estrategias.
- Traducción de documentos: la capacidad para comprender y generar varios idiomas permite traducir documentos legales de forma precisa y rápida, lo que es especialmente útil para casos internacionales.
Algunas de las entidades del sector que utilizan ChatGPT son LawGeex, una plataforma que utiliza inteligencia artificial para analizar contratos y prevenir riesgos legales, y Ross Intelligence, una plataforma de inteligencia artificial que ayuda a los abogados a investigar casos y encontrar precedentes legales relevantes.
Una de las principales preocupaciones a este respecto es la falta de transparencia en la toma de decisiones de los algoritmos, lo que puede llevar a resultados injustos. También existe el riesgo de reemplazar el juicio humano con la automatización, lo que puede tener consecuencias negativas en la justicia. Siguiendo con las referencias a la literatura de ciencia ficción, otro posible riesgo inherente a estas tecnologías de procesamiento del lenguaje es convertirse en una suerte de dispositivo como el «hablaescribe» de la novela «1984» de George Orwell utilizado por el gobierno totalitario del libro para controlar la información y la comunicación de la sociedad, registrando así todas las conversaciones y escritos de las personas.
Estas son solo algunas de las aplicaciones de ChatGPT en el sector jurídico, pero es importante mencionar que esta tecnología está en constante evolución y se espera que en el futuro se desarrollen nuevas aplicaciones. Sam Altman, CEO de OpenAI, anticipó que en el futuro vendrán tecnologías de inteligencia artificial que harán parecer a su modelo como un «juguete aburrido».
El futuro del lenguaje humano ejecutado por máquinas, sin duda, ya está aquí. Con unas pocas indicaciones (o «prompts» como se les suele llamar en la jerga anglosajona), son capaces de generar un texto con un alto nivel de coherencia y precisión. No obstante, este no está exento de imprecisiones y errores por lo que siempre será necesario la revisión y verificación de la información por parte de un especialista.
En este sentido, huelga mencionar que, la información con la que el modelo ha sido entrenado está actualizada hasta 2021 y no está conectado a internet. Su utilización está abierta al público mediante beta abierta desde noviembre del año pasado por lo que animo al lector a retar a la IA a pasar el test de Turing. Comprobaran como la prueba se ha quedado obsoleta.
La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta cada vez más importante en la sociedad actual, y el sector jurídico no es una excepción. El campo del procesamiento del lenguaje está revolucionando el ámbito legal y de servicios jurídicos. Esto ha quedado evidente con las impresionantes habilidades mostradas con la presente aplicación que ponen de manifiesto que los juristas no somos tan especiales como nos creíamos. La automatización está llamando a la puerta y, pese a que esta transformación no será abrupta, muchas tareas de nuestro sector serán realizadas por la Inteligencia Artificial, por lo que será necesario por nuestra parte desarrollar otras habilidades para permanecer competitivos. El problema es que un desarrollo completo de la Inteligencia Artificial se re-diseñaría a un ritmo cada vez mayor. Los humanos, que estamos limitados por la lenta evolución biológica, lo tendríamos cada vez más difícil para competir y el miedo del reemplazo se tornaría real. Algunos dirán que exagero, pero ¿qué me dirían si les digo que este artículo no ha sido escrito por mí?
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